La Dispensa del Privilegio
Comenzamos la serie con hechos actuales: el 25 de marzo de 2022 Costa y Woodward publican problemáticos mensajes entre el entonces Jefe de Gabinete de Trump, Mark Meadows, y Ginni Thomas
El asalto a Capitolio de los EUA es uno de los eventos históricos más significativos del primer cuarto del siglo XXI. Pero es importante subrayar que esta importancia se basa no solo en los hechos que tuvieron lugar el 6 de enero de 2021, sino en todos los que durante años llevaron a los sucesos de ese día y los eventos posteriores, aún en marcha.
Por esa razón El Mal de Nuestro Tiempo necesita una sección propia, que hoy inauguramos.
Aunque la cronología es trascendental, ir relacionando ciertos datos también lo es.
Recordemos que hay tres bases principales para cualquier investigación y análisis a largo plazo: nombres de individuos, empresas y gobiernos. En este caso identificar el entramado es esencial para comprender qué sucedió exactamente.
Un resumen muy simplificado es que con el asalto al Capitolio se pretendía que el entonces vicepresidente en funciones, Mike Pence, no certificara los resultados electorales presidenciales de 2020 (con Biden - Harris como vencedores en el recuento). Pero la ciudad de Washington llevaba en acción varios días, con dos cuarteles generales (en el Hotel Willard y en el Hotel Trump), unos mítines organizados para echar más gasolina a un incendio en marcha (en los días previos Pence ya estaba amenazado de muerte por el movimiento MAGA; sí, el del que fue su propio presidente durante 4 años de legislatura) y grupos organizados de naturaleza supremacista que estaban deseando actuar desde aquel “manteneos a la espera y esperad instrucciones” de Trump en el debate presidencial: hoy la gran mayoría están identificados como miembros de los movimientos MAGA (acrónimo de, en español, “Haz América Grande de Nuevo”, lema reciclado por la campaña Trump, veremos en el futuro de dónde), Proud Boys, Oath Keepers, Three Percenters y QAnon (sí, a desarrollar en diversos artículos, entre ellos su papel pormenorizado en el asalto al Capitolio, aunque los veremos en otros episodios de El Mal de Nuestro Tiempo). Veremos también cómo diversos gobiernos estuvieron implicados en la preparación y desarrollo del intento de tumbar resultados electorales legítimos.
La cuestión que enfrentaremos ahora es: ¿estuvieron los diferentes poderes también implicados?
Para ello vamos a adelantarnos al 25 de marzo de 2022, fecha en que Robert Costa (CBS) y Bob Woodward (héroe del Watergate a quien aún leemos en The Washington Post) hacen públicos algunos mensajes entre el entonces Jefe de Gabinete de Trump, Mark Meadows, y la esposa del juez de la Corte Suprema de los EUA (SCOTUS) Clarence Thomas, Virginia ‘Ginni’ Thomas.
2.300 mensajes telefónicos fueron entregados por Meadows al Comité de Investigación del 6 Enero (House Select Committee to Investigate The January 6th Attack On The US Capitol, J6C), 29 de ellos entre Meadows y Thomas, 21 enviados por Thomas.
Se espera que salgan a la luz más mensajes, puesto que hay un vacío entre noviembre de 2020 y días después del asalto al Capitolio.
El 10 de noviembre (fecha en que todas las agencias de noticias anunciaron que Joe Biden había ganado las elecciones), Ginni Thomas escribió al jefe de gabinete de Trump:
Ayuda a este Gran Presidente a mantenerse firme, Mark!!!… Tú eres el líder, junto con él, que se mantiene en el precipicio del gobierno constitucional de América. La mayoría sabe que Biden y la izquierda está llevando a cabo el mayor Robo de nuestra Historia.
En los mensajes se intercambian propuestas, comentarios y sugerencias relacionados con el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Esto y la carga de los actos (en la preparación de los mítines “Stop The Steal” de ese 6 de enero) y de los mensajes ha llevado al J6C a pedir “una entrevista” a Ginni Thomas.
Este movimiento es algo desconcertante, pues el Comité sabe que es altamente improbable que Ginni Thomas se presente. Además, el J6C ha introducido un cambio importante que ignora en este caso: mientras en otros actos como los dos impeachment a Trump o audiencias como la relacionada con la investigación de injerencia electoral, a aquellos que no aparecieron a testificar tras recibir una citación oficial se les declaró en desacato civil, en el Comité del J6 el desacato es penal, y por tanto puede tener consecuencias legales. Por ejemplo, Bill Barr, entonces Fiscal General del Estado de la Administración Trump, no apareció a declarar; siendo desacato civil las repercusiones fueron nulas. Barr, por cierto no solo es miembro del Opus Dei, sino también de la Sociedad Federalista (Federalist Society), uno de esos nombres que debemos tener en cuenta y aparecerán a menudo. Sí, Ginni Thomas y su esposo Clarence Thomas, juez de la Corte Suprema (igual que los SCOTUS Barrett, Kavanaugh, Gorsuch y Alito) también pertenecen a esta sociedad financiada con dinero negro que busca ocupar los puestos de toda corte en los EUA. De hecho el 95% de los jueces nombrados por la administración Trump pertenecen a ella.
La separación entre Iglesia y Estado es inexistente en ninguna rama de los EUA, aunque en la mayoría de los casos esa “Iglesia” (siempre confesiones de mayoría blanca) sea más un vehículo de control financiero, político e ideológico que un acto real de fe.


El 24 de noviembre Mark Meadows escribió a Ginni Thomas:
Esta es una lucha entre el bien y el mal. El Mal siempre parece el vencedor hasta que el Rey de Reyes triunfa. No te canses de hacer el bien. La lucha continúa. He invertido mi carrera en ello. Bueno, al menos mi tiempo en DC en ello.
Este mensaje crea muchas preguntas. ¿Creía realmente lo que decía Meadows? ¿O solo estaba escribiendo lo que sabía que Ginni Thomas quería leer?
Sabíamos que Thomas era una fuente de apoyo MAGA (moral y financiero) pero no sabíamos que formaba parte de la organización sectaria de teorías de la conspiración (declarada por el FBI organización terrorista en 2019) QAnon.
¿Con Rey de Reyes se refiere a la referencia bíblica o a la autodeclaración pública de Trump para, precisamente, los acólitos de QAnon (“Soy el elegido”).
Gracias!! —respondió Thomas al mensaje de Meadows— Necesitaba esto! Esto, más una conversación con mi mejor amigo/a que acabo de tener… Trataré de aguantar. América lo merece!
Conocimos estos mensajes tras una entrevista que concedió Virginia Thomas al medio The Washington Free Beacon, donde se creo una pieza de lavado de imagen como respuesta a una información que se había conseguido tras litigación mediante la ley de libertad de información (FOIA), una de las pocas herramientas realmente útiles para conocer eventos de gravedad de cualquier naturaleza (o lo que permite el Departamento de Justicia. A menudo los documentos están extensamente censurados).
En este caso se accedió a mensajes de correo electrónico que mostraban la profundidad de la relación de Thomas con la Administración Trump, y del juez Clarence Thomas con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, lo que creó justificadas preguntas de ética profesional en el segundo caso, y respondió a otras en el primero.


¿Por qué es un problema ética laboral en el caso de del juez Clarence Thomas? En realidad el problema transciende lo ético… y lo laboral, especialmente cuando se tiene un puesto con semejante repercusión.
Por ejemplo, el caso de los documentos relacionados con Trump del 6 de enero. La Corte Suprema votó 8-1. Ese único voto bloqueó la entrega de los documentos. El voto fue de Clarence Thomas. Hoy sabemos que su esposa estuvo allí ese día. El juez Thomas no se ha recusado en ningún caso relacionado con el asalto al Capitolio.


Inmediatamente salió el encargo a The Washington Free Beacon, donde indican que Ginni Thomas “acudió al mitin, pero le entró frío y se fue pronto”.
El mitin era “Stop The Steal”. Mientras ella formaba parte de una insurrección, su esposo tomaba decisiones en casos donde ella estaba implicada, incluyendo los documentos que confirmarían (o decartarían) que Ginni Thomas financió el trasporte al capitolio de “Women For Trump” ese 6 de enero.
Unos de sus mensajes a Meadows esa fecha fue:
Estamos viviendo lo que parece el fin de América. La mayoría de nosotros estamos asqueados con el VP y quedamos en modo de espera para ver dónde luchar con nuestros equipos.
VP se refiere, claro está, al vicepresidente en funciones Mike Pence. La certificación es un mero trámite que realmente no podía cambiar nada más que comprar tiempo y apoyar una narrativa que ya estaba estallando a las afueras del edificio. Este es uno de los mensajes más reveladores (junto con el de los “reporteros detenidos en Guantánamo enfrentando tribunales militares por sedición”, pero este lo retomaremos a su debido tiempo). Tanto, que no es necesario esperar la desclasificación de ningún documento para descifrar a qué, quiénes y cómo se refiere.
Algunos de esos quiénes están identificados como Jared Kushner, Sidney Powell y el equipo de Louie Gohmert (Gohmert presentó un caso contra su colega Mike Pence a SCOTUS entre el 5 y el 6 de enero como paso de la estrategia Trump); y esto solo en relación a Ginni Thomas. Imaginad cuando nos centremos en los verdaderos protagonistas.
Sin embargo, creo que es útil comenzar la serie del Asalto al Capitolio de El Mal de Nuestro Tiempo con eventos que están sucediendo actualmente.
Nos vemos en las audiencias públicas, que deberían empezar en abril.