National Enquirer o la Prensa Como Arma
Cuando el complot contra la democracia se disfraza de Cuarto Poder
El mundo ya tiene su fotografía de Donald J Trump en el banquillo de los acusados, sin embargo es importante recordar que la imagen es algo anecdótico si se compara con lo aportado por la fiscalía en este caso: escrito de imputación, escrito de exposición de hechos y declaraciones.
Para analizar la ecuación que resulta de los documentos es necesario desvelar las equis, que quedarían así:
Acusado: Donald J Trump
Abogado A: Michael Cohen
Abogado B: Keith Davidson
Abogado C: Robert Costello
Abogado D: Rudy Giuliani
AMI CEO: David Pecker
Mujer 1: Karen McDougal
Mujer 2: Stormy Daniels (nombre artístico. Nonbre real, Stephanie Clifford)
Director financiero de la Organización Trump: Allen Weisselberg
[Co-conspirador 1]: Don Jr
Podéis leer los antecedentes aquí.
Qué conocíamos y ampliamos ahora
Recopilando los hechos de todos los informes publicados (del Informe Mueller hasta el de la fiscalía de Nueva York) podemos reconstruir estos hechos y fechas:
Agosto de 2015. Reunión en la Torre Trump de Nueva York entre la campaña Trump, Michael Cohen [descrito como “Abogado A] y el dueño de American Media Inc [“AMI CEO”] —y por tanto del National Enquirer—, David Pecker, donde este promete ser “los ojos y oídos” de Trump para matar cualquier información negativa y promover la que dañe a su adversaria. Esto no solo es un delito electoral estatal, sino que incumple además la primera enmienda constitucional.
Junio de 2016. Pecker comienza a discutir con Cohen la mejor manera de conseguir el silencio de la modelo de Playboy, Karen McDougal (y, según los escritos de imputación, al portero de la Torre Trump en Nueva York), sobre su relación sexual con el entonces candidato presidencial, Donald J Trump, ya casado con Melania Trump. Pecker paga 150.000 dólares vía American Media Inc comprando los derechos de explotación de la infidelidad, que no pertenecerían ya a McDougal sino a AMI, y falsea el concepto de este pago en las cuentas de la empresa.
Septiembre de 2016. Trump, Cohen, Pecker y el director financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, son grabados discutiendo cantidades, métodos y la creación de una empresa pantalla: Resolution Consultants, LLC, registrada el 30 de septiembre. Quedaban cinco semanas para las elecciones.
10 de octubre de 2016. Michael Cohen contacta con el entonces abogado de la actriz porno conocida como Stormy Daniels tras el chivatazo de David Pecker. Trump había pagado a Daniels en el pasado por un encuentro sexual. Cohen acuerda con Trump encargarse del pago para comprar su silencio.
26 de octubre de 2016. Cohen abre una cuenta en un banco de Manhattan a nombre de Essential Consultants LLC, una nueva compañía pantalla. Hace la transferencia a Keith Davidson, abogado de Daniels.
8 de noviembre de 2016. Elecciones presidenciales. Gana Donald J Trump.
Enero de 2017. Weisselberg (Trump Org) y Cohen se reúnen para solucionar el pago a Daniels, otro pago, sus bonos y la forma en que se presentaría fiscalmente (420.000 dólares en total en 12 mensualidades de 35.000). Cada mes la Organización Trump recibiría una factura por “gastos legales”.
20 de enero de 2017. Trump invita a Pecker a la ceremonia de toma de posesión como agradecimiento por los servicios prestados.
Verano de 2017. Trump invita de nuevo a Pecker, esta vez a cenar a la Casa blanca. Las razones son algo más extensas y se explican más adelante.
13 de febrero de 2018. Cohen confirma el pago a las mujeres. Niega implicación de la Trump Organization o la campaña Trump.
9 de abril de 2018. El FBI registra las residencias y la oficina de Michael Cohen. Trump pide a Cohen: “sé fuerte” [Si tenéis curiosidad, el ya famoso mensaje de Rajoy a Bárcenas había sido enviado 7 años antes].
Abril de 2018. El “Abogado C”, Robert Costello, se ofrece, por indicación de Trump, a representar a Cohen. Él y el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani [“Abogado D” en los escritos de imputación], comienzan una campaña de influencia sobre Cohen para ganar su silencio. Como en el ejemplo anterior, hay una serie de frases de carácter mafioso muy representativas:
Eres querido.
Canal alternativo de comunicación.
Tienes amigos en sitios importantes.
Cometerás un gran error si…
[Nadie excepto nosotros] quiere que perseveres.
Julio de 2018. Conocemos que Matt Apuzzo y Michael Cohen grabaron las conversaciones con Trump sobre cómo se harían los pagos.
21 de agosto de 2018, Cohen se declara culpable de 8 delitos y reconoce que lo hizo por dirección de Trump. Trump lo amenaza y ridiculiza vía Twitter y halaga a su jefe de campaña, Paul Manafort [aparece en el escrito como “directivo de campaña”, también en prisión entonces]. Podéis leer más sobre Paul Manafort aquí:
27 de febrero de 2019, Cohen testifica ante el Congreso que fue Trump quien le pidió mentir sobre su implicación y la de sus organizaciones.
Qué aportan los nuevos escritos
Algunos datos a destacar en los documentos publicados por el fiscal Alvin Bragg son los siguientes:
Al expresidente le han sido imputados 34 delitos de falsificación de registros comerciales en primer grado por una trama societaria ilegal para borrar pagos, descrita paso a paso en el escrito de exposición de hechos (gracias en parte a la colaboración de Cohen), que es un ejemplo de manual de este tipo de fraude.
El despacho oval de la Casa blanca fue sede de crimen organizado nacional e internacional en enero de 2017.
Trump indicó a Cohen que aplazara el pago de 130.000 dólares a Daniels lo más posible. Si conseguía lograrlo hasta el día de las elecciones, que no pagara porque ya no le afectaría, lo cual choca con numerosas narrativas sobre que Trump compró los silencios para proteger su matrimonio. Nunca fue así.
La persona que firmó la mayoría de los cheques fue Don Jr, el hijo mayor de Trump (co-conspirador por tanto).
En la rueda de prensa, el fiscal Bragg afirmó que Trump violó la ley electoral de Nueva York, cometió fraude y falsificación documental, obligó a otros a mentir [obstrucción], conspiró para lograrlo, y volvió a obstruir para ocultar la conspiración. Al preguntarle por qué solo habían imputado los cargos de fraude, Bragg respondió que la ley le permitía centrarse en ese delito sin imputar el resto. Esta respuesta es uno de los misterios a resolver de esta historia: ¿Por qué no imputar los delitos que acababa de describir en los escritos? Puede haber varias respuestas (entrega a otros departamentos, estatuto de limitaciones, presiones…) pero no es posible asegurar ninguna de ellas ahora mismo. Mi sospecha es una ampliación del escrito de acusación según se acerque la fecha del juicio (superseding indictment). En este tipo de escritos podemos encontrar nuevos cargos, hechos, acusados o todo lo anterior.
Pero lo más importante a largo plazo, como siempre, es la trama de Crimen Organizado Transnacional (COT).
COT
La cronología cuenta paso a paso una trama de crimen organizado a nivel local/nacional, pero por lo general estas suelen responder a intereses y tramas internacionales. Este caso no es distinto.
Ya hemos revisado el papel del presidente de American Media Inc (AMI), David Pecker, magnate de de la industria del entretenimiento, en ocultar los escándalos de Trump y dar lugar a bulos que lo favorecieren. No es ni mucho menos la única empresa de información con fines de esta índole, pero su relación laboral con Trump es parte de esta investigación.
Esta historia comienza décadas antes, en 1952, cuando el National Enquirer es comprado con dinero de la mafia. No de la mafia en sentido figurado, sino tan concreto como lo es la más poderosa de las 5 familias de la Cosa Nostra, los Genovese, que fundó el padre del crimen organizado moderno, Lucky Luciano, y que entonces dirigía Frank Costello. Costello, Luciano, Genovese y Lansky habían destruido la mafia de Chicago años antes y tomado el poder del país. Costello además había visto desde el principio que debía hacerse con los jueces, los políticos y los medios de comunicación. Por eso financió la compra del Enquirer.
En 1999 la publicación pasa a pertenecer a David Pecker.
Dos años después, tienen lugar los ataques con ántrax a diversos medios de comunicación en EUA; entre ellos el National Enquirer. Los sobres se enviaron una semana después del 11-S. Lo que no suele recordarse es que la operación de descontaminación se encargó 3 años después a la empresa (BioONE) de un socio de Pecker y Trump: Rudy Giuliani.
AMI comienza una operación contra Marco Rubio, candidato en las primarias republicanas que competía contra Trump. Publica que Rubio era un gigoló y traficante de drogas en Florida.
Retomando la cena en la Casa Blanca de 2017, es importante observar que Pecker llevó con él a Kacy Grine, representante de la familia real saudí. Antes se reunieron con Trump y Kushner en el despacho oval.
Pecker es uno de los ejemplos más paradigmáticos de la técnica del “catch and kill”, cazar y matar la información o, como describió el propio Pecker “ser los ojos y oídos” para encubrir. Ronan Farrow ya avisó de esta técnica cuando desenmascaró a Harvey Weinstein como depredador sexual en Hollywood… pero también advirtió sobre las actividades de Pecker y su publicación. AMI trató de extorsionar a Farrow por su investigación sobre las relaciones entre el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y Jeffrey Epstein.
En octubre de 2018 el periodista del Washington Post, Jamal Khashoggi, es asesinado por orden de Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, que comienza una campaña de desprestigio hacia el periódico y su dueño, Jeff Bezos, para acabar con la información y las críticas. Hackean el móvil de Bezos vía el programa de espionaje israelí Pegasus. Entregan fotografías del móvil espiado al National Enquirer, que las publica en enero de 2019.
Dos meses más tarde AMI publica 200.000 ejemplares “El Nuevo Reino”, un número especial dedicado a Bin Salman y cómo iba a cambiar el mundo para mejor. No se esperaba ningún éxito de ventas ni lo obtuvo. Aunque Arabia Saudí negaba su financiación, Pecker empezaba a preocuparse porque en los EUA, gracias a la ley FARA (ley de registro de agentes extranjeros), puedes actuar a favor de un gobierno extranjero siempre y cuando te hayas registrado siguiendo normativa FARA. Él no lo había hecho ni declarado la financiación recibida por el régimen.
El caso de Pecker es un pequeño punto en la red de crimen organizado transnacional, el principal régimen mundial. Ni siquiera es, como estáis imaginando, el nombre más importante de esta trama. Ni nacional ni internacionalmente. Pero es necesario ir presentándolos.
© El Mal de Nuestro Tiempo