«Tenemos un ejército de soldados digitales librando una insurgencia bélica irregular en su máxima expresión», Michael Flynn, 2020.
«Tristemente la expansión de QAnon en Europa está siendo apabullante y vertiginosa y aterradora». Melanie F Smith en el Comité de Inteligencia del Congreso sobre desinformación y teorías de la conspiración.
El 4 de julio de 2020 Michael Flynn grabó un vídeo que se hizo viral, recitando un juramento que después repitieron millones. El juramento se cerraba con una de las frases más conocidas del movimiento QAnon, una secta extremista de teorías de la conspiración considerada movimiento terrorista en varios países: “donde va uno vamos todos”.
Flynn, asesor de Seguridad Nacional de Trump, se había declarado culpable en 2017 de mentir al FBI sobre sus contactos con Rusia y de no haberse registrado como agente ruso (FARA).
Pronto el movimiento se extendió por todo el país y se centró en las vías habituales de coerción: de iglesias a bases militares; a menudo en zonas como Fort Hood (Texas), donde poder hacerse con ambas. Recordemos casos como los de la congresista Lauren Boebert (republicana, Colorado) o Marjorie Taylor Greene (republicana, Georgia), declarando estar “harta de la separación entre iglesia y estado”, abogando por el fin del estado y extendiendo las teorías de la conspiración de QAnon.
Extensión Global
Europa no tardó es tener millones de conversos. En la ya histórica reunión en la Casa Blanca del 18 de diciembre de 2020 (días antes del asalto al Capitolio), Flynn pidió dirigir el ejército durante el golpe de estado que se planificó ese día. Pero la visión de este general retirado era mucho más global; días antes aseguraba que iba a tomar el control del ejército y todas las potencias mundiales apoyarían a Trump. Sí, Europa estaba avisada del que sería dos años más tarde uno de los intentos de golpe de estado más grave de su historia.
En diciembre de 2020 un periódico español (Libertad Digital) disemina desinformación y argot de QAnon, haciendo de altavoz de esta operación psicológica a gran escala.
Según The New York Times, en 2021 el 14% de la población estadounidense era acólita de QAnon. Más de 30 millones de ciudadanos creían en teorías de la conspiración y se convertían en soldados digitales; la mayoría era soldados en hibernación, otros sí actuaron, por ejemplo en el asalto al Capitolio e intento de ahorcar al vicepresidente Mike Pence.
En junio de 2021 la comunidad de inteligencia seguía alertando del peligro y la radicalización que se proyectaba.
La inacción de prensa e instituciones colaboró en la expansión mundial del movimiento: coordinó las protestas contra mascarillas y confinamiento en Sidney, Trató de dar un golpe de estado en Alemania… y también en Brasil. Todo ello con financiación y estructura de los servicios de inteligencia rusos.
Alemania es de hecho uno de los epicentros mundiales del movimiento, en España la extensión es profunda.